Desde el Amazonas hasta Bogotá, el viaje del Açai

Cada una de nuestras sodas naturales o infusiones de Açai tiene una historia detrás. Esta fruta no es nativa de las zonas cercanas a Bogotá y su llegada a nuestras instalaciones es una travesía en sí misma.

El viaje del Açai comienza en pequeñas comunidades del Guaviare y el putumayo que utilizan sus tierras para cultivarlo con un permiso de aprovechamiento sostenible. Para recolectar la fruta se suben a la palma, bajan el racimo completo. Posteriormente, se envuelven en telas o lonas para transportarlas en moto hasta las plantas de tratamiento.

Allí, la baya del Açai se lava, se le quitan las ramas y máquinas especializada la despojan de la pepa. Condensando el sabor de la fruta en un concentrado mayormente líquido, con un contenido sólido del 12% a 14%. 

Ese “extracto” de Açai se congelado y es embarca en camiones con destino a Bogotá si viene desde San José del Guaviare. Sin embargo, cuando viene desde el Putumayo, la pulpa congelada debe ser transportada primero en canoa o avioneta para llegar a Puerto Asís, antes de iniciar su viaje hasta Bogotá.

Una vez en la capital, tomamos este concentrado de pulpa y lo sometemos a un proceso de liofilización, que nos permite mantener las propiedades nutricionales, al momento de transformarlo en productos 100% naturales y beneficiosos para el cuerpo. 

El viaje del Açai comienza en la selva